Que bonitos recuerdos nos traía la nieve, siempre pensábamos en algo alegre, en algo feliz, unir a la familia, regalos para los más pequeños, risas, villancicos, comilonas, vacaciones...
Ahora aquí metido, viendo como cada instante podría ser el último, oyendo los sonidos de la batalla a escasos metros de mí, ahora esos recuerdos pierden todo el sentido.
La punzada que había sentido hace solo unos instantes, ahora comenzaba a doler más y más, la sangre comenzaba a brotar, y mis intentos para taponar la herida eran inútiles, no conseguía taponar el agujero que ahora me atravesaba el costado.
Y así en esos instantes, debatiéndome entre el dolor, y la desesperación, solo podía pensar en la nieve que me rodeaba, en cuanto me gustaría estar sentado al lado del fuego en mi casa, viendo nevar a través de los cristales.
Poco a poco mi cuerpo cedió y quede tendido en el suelo, mientras mis parpados cada vez pesaban más... y entre sueños veía una luz, quizá un ángel, que con sus rasgos perfectos me sonreía mientras yo caía en letargo...
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